Mi viaje a NUEVA YORK

Nueva York fue una experiena única, inolvidable. Como cualquier viaje, también conlleva una buena dosis de estrés: estar pendiente de los horarios, coger trenes, aviones, taxis, etc. Pero el esfuerzo merece la pena.

Salimos en avión de Madrid el 27 de febrero, un sábado que los periódicos habían descrito con palabras como "la tormenta perfecta" , "vientos huracanados", "alerta máxima". Mis nervios habían alcanzado también cotas máximas.

Hubo muchas turbulencias pero sobrevivimos y aquí estoy para contároslo :). Pensaba que la vuelta en avión, al ser más breve, iba a ser también más amena, pero qué va, he podido cronometrar una hora y cuarenta y cinco minutos de turbulencias fuertes seguidas. No será para tanto, diréis, pero para mí lo fue. Pfff...mi chico lo sabe:).

Lo primero que me sorprendió fue el ancho de los coches americanos al coger el taxi. Y de paso, lo sucios que están por fuera.

Llegamos en una media horita al hotel. La entrada es espectacular, con un lounge de una decoración exquisita donde por las noches hay un ambientazo, sobre todo los fines de semana!! Dudamos mucho en decidirnos por el hotel de Nueva York porque, como sabéis, los precios son altos y la calidad no se corresponde con el nivel de España pero al final hemos hecho una buenísima elección por la ubicación inmejorable, la comodidad y, en particular, el encanto del hotel: el Algonquin.

Este hotel tiene una cierta relevancia histórica por las reuniones literarias que hacían allí, está reformado y, al parecer, en su día, tenía el ascensor más alto de NY. La estrella del hotel es su gata Matilda, que tiene incluso un apartado en la página web del hotel y viene en la información que se encuentra en cada habitación del hotel. Hasta la contraseña de la Wifi es Matilda!!

Lo que más me impresionó fue Times Square, con sus inmensos carteles luminosos, con el bullicio y los turistas. Sorprendimos incluso una novia posando:

Todo turista que visite Nueva York debería dar un paseo por Central Park.

y ver la Estatua de la Libertad de cerca o visitar el Museo de Inmigración de la isla de Ellis.

Divisar las impresionates vistas de la ciudad desde Top of the Rocks o el Empire State Building. Nosotros subimos al primero de día y al segundo de noche:).

Patinar o simplemente mirar la pista de Rockefeller Center

Visitar algún que otro museo, en nuestro caso el Metropolitan Museum of Art y Madame Tussauds Wax Museum.

Pasear a lo largo del puente de Brooklin

En el capítulo CHASCOS debo mencionar a Shake Shack, una hamburguesería muy conocida, al parecer recomendada por el mismísimo Ferrán Adriá. Todo me pareció grasiento: las patatas y los cheeseburgers que nos pedimos. Pero el triple que en McDonalds o similares.

También me decepcionó Magnolia Bakery, todo tiene una presentación muy bonita pero es tan sumamente empachoso...

Al final no encontré la pastelería Ladurée (en ese sentido los conserjes de mi hotel no fueron muy resolutivos) así que me quedé sin saber cómo saben los macarons. Si algun@ de vosotr@s viaja a París en breve, aquí hay una panchita que reclama sus macarons!!:)

Otro restaurante decepcionante fue Sushi Samba. A mí me encanta el sushi y he estado en muchos japoneses buenísimos, pero éste ha sido un chasco total en cuanto a relación calidad-precio: 80$ por dos bandejas de sushi con una textura rarísima y un plato de tempura de gambas (la peor tempura que jamás he probado, si es que puedo llamarla así, porque el huevo estaba chorreando y no estaba nada crujiente) y refrescos.

Hemos encontrado mejor sushi en Food Emporium, unos supermercados pijillos repartidos por la ciudad que tienen comida preparada para llevar.

Siguiendo con otros sitios que sí quiero recomendar, mencionaría un restaurante menos conocido para los turistas, Flor de Mayo, un chino-peruano muy bueno, cuyo plato estrella es el pollo a la brasa y dónde incluso volvimos una segunda vez para comer. Lo había recomendado también Xanela Chic:)

También volvimos una segunda vez a la pizzeria Lombardi de Little Italy, tienen una pizza cuyos ingredientes puedes elegir, y todo está riquísimo.

Hasta aquí mi experiencia newyorkina, un recuerdo precioso al lado de un compañero de viaje paciente y generoso.

En un futuro post quizás os hable de las compritas, aunque tampoco han sido muchas.

¡Feliz martes!

P.D. Quisiera dar las gracias a Yara de Deliciosa Moda y a Mo Da Lo Mismo por otorgarme estos premios al blog. Me hacen mucha ilusión pues son los primeros que recibo. ¡¡Un besito guapas!!